
Un padre, en tiempos del antipaternalismo.
El titulado Presidente de la República adquirió un tono dulcemente paternal para festejar el triunfo argentino en el Campeonato Mundial de fútbol.
El titulado Presidente de la República adquirió un tono dulcemente paternal para festejar el triunfo argentino en el Campeonato Mundial de fútbol.
En su novela Farenheit 451 -temperatura a la que el papel arde- Ray Bradbury nos pinta un mundo en el que los bomberos se ocupan, no ya de apagar incendios, sino de quemar libros. La cultura es el enemigo. Y debe ser aniquilada, fuego mediante.
Abundan los comentarios sobre la sentencia que condenó a la vicepresidente a seis años de prisión. Al menos por hoy, me propongo no saturar al lector con uno más.
Me alegra enormemente que Cristina Kirchner haya sido condenada; confío en que la instancia superior agrave la pena considerando la asociación ilícita sosteniida por los Fiscales y, en minoría, por el Camarista Basso.
Es frecuente que analistas políticos califiquen a nuestro gobierno -y a otros de la región- de izquierdistas. Con lo cual le confieren una pátina ideológica que no merecen.
Felizmente, después de habernos provocado tanta vergüenza ajena, el Primer Mandatario ha llegado a un estado que le permite abrocharse el saco.
Desde Villa Mascardi, un mensaje para el Presidente.
Fue el día del encuentro del pueblo argentino con su conductor, el del nacimiento de un proyecto nacional para todos; un proyecto de soberanía, independencia, justicia.
La personalidad psicopática perversa y la personalidad hipócrita que ocupan los primeros cargos del Poder Ejecutivo argentino siguen en sus trece.
El indigenismo es la nueva punta de lanza de la fragmentación social, política y territorial de Latinoamérica; como en el pasado lo fue la lucha armada y la consigna de convertir a la Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América.
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