
Padre Leonardo L. Castellani.
El 15 de marzo de 1981 partió hacia la inmortalidad el sacerdote Leonardo Castellani. Con él desaparecía uno de los más lúcidos pensadores católicos del siglo XX.
El 15 de marzo de 1981 partió hacia la inmortalidad el sacerdote Leonardo Castellani. Con él desaparecía uno de los más lúcidos pensadores católicos del siglo XX.
Santo Tomás Moro, de cuyo nacimiento se están por cumplir quinientos años, fue un caballero católico inglés del Renacimiento, un erudito, un humanista. Cuando el hacha del verdugo hizo rodar su cabeza por orden del nunca suficientemente vituperado Enrique VIII, se cortó uno de los cabos que unían a Inglaterra con Europa, con la Cristiandad.
Hace hoy 62 años era electo para desempeñar la Presidencia de la Nación el doctor Arturo Frondizi. Creo que es oportuno recordar a este mandatario argentino. Sobre todo, porque no lo hace el 99% de nuestro espectro partidario, siendo que Frondizi fue una de las inteligencias más destacadas de la política argentina del siglo XX (y de lo que va del presente).
Se ha convertido en un lugar común, en campañas electorales y otras actividades que concitan el interés público, las denuncias sobre manipulación de la información por parte de los medios masivos de comunicación.
Pese al título, no creo que seamos un país maradoniano. Hay una Argentina tangible de gente que trabaja, que es seria y cumple con sus obligaciones. No comparto, pues, esas teorías paticortas que trazan paralelos entre el destino del 10 y el derrotero de nuestra República. Ello, aunque el uno y la otra tengan en común un lamentable desperdicio de talento.
La insólita disculpa de un gobierno rápidamente caído en la descalificación ha hecho poco menos que vulgar referirse a los méritos. Haber opuesto “meritocracia” a “gobierno para los más débiles” es sencillamente un disparate. Pero un disparate con vericuetos y consecuencias, y por eso no es ocioso volver sobre él.
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